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Buscar un carpintería de aluminio en Calafell es el primer paso que debes dar, si te has decidido a instalar ventanas de este material en tu hogar. El aluminio trae consigo importantes ventajas, entre ellas su fácil mantenimiento. Tener tus ventanas como el primer día es muy sencillo, basta con seguir unas pautas básicas.
A la hora de limpiarlas, lo primero que debes hacer es retirar el polvo acumulado en los marcos. Para ello puedes utilizar una gamuza suave a la que se adhieran las partículas o, incluso, un aspirador. Tras esto tendrás que utilizar un paño mojado en agua con jabón. Es fundamental que el producto que utilices sea suave y adecuado para el material, pues existen detergentes corrosivos que acaban estropeándolo. Si tienes dudas sobre los productos que no debes utilizar, puedes preguntar en la carpintería de aluminio en Calafell que haya instalado tus ventanas.
A posteriori, tendrás que enjuagarlas con otro paño y secarlas. Para esta última tarea es aconsejable utilizar papel o algún tipo de bayeta que no deje pelusas. Tanto en el lavado como en el secado y enjuagado es esencial que recurras a paños o esponjas suaves y que nunca utilices herramienta punzantes para intentar eliminar la suciedad. Ambos pueden arañar la superficie del marco de la ventana.
En el caso de haya manchas más difíciles puedes utilizar amoniaco diluido en agua y frotar con suavidad sobre la misma. Si son restos de pintura o grasa, entonces lo más indicado es hacerlo con una mezcla de agua y vinagre y alcohol.
Además, en Aluminis Solé siempre recordamos que es fundamental hacer una breve limpieza diaria con la que se eliminen los restos de polvo acumulados. Esta es la mejor solución para evitar daños y ralladuras en los marcos de tus ventanas. Sin embargo, si ya tienes algún arañazo, puedes encerarlo con productos específicos para aluminio.